Epistemología de la ciencia y cultura científica | "Trabajo 7"
Instrucciones:
Texto comparativo
Comparar y (si es el caso) contrastar brevemente las caracterizaciones de la tercera cultura que introducen respectivamente Snow y Brockman.
El texto hay que subirlo al blog de la asignatura (el externo a MiAulario) y poner en la tarea de MiAulario el enlace a la entrada del blog con el texto.
Discusión:
The two cultures, Snow 1959 / The two cultures: a second look, Snow 1963C.P. Snow parece reconocer (a su pesar) que hay un cisma entre la cultura de las "ciencias aplicadas" y la cultura de las "ciencias puras" (que parece tener arraigo particularmente en el Reino Unido).
Está reconociendo también que está emergiendo una "tercera cultura" que supera a ambas y que es imprescindible que así sea para superar los peligros que se ciernen sobre la sociedad mientras las ciencias puras y las experimentales no se hablen. En el sentido más utilitarista, los científicos (que _no_toman las decisiones políticas_) estén planteando un consejo que ellos juzgan como positivo para la sociedad, mientras que los políticos (que no saben de ciencia _pero_ son los que toman las decisiones políticas) no saben juzgar si esos consejos son realmente positivos para la sociedad o no.
The third culture, Brockman 1995Brockman sentencia directamente que la tercera cultura la componen científicos y pensadores empíricos que ocuparían el lugar del intelectual clásico que estudia sobre el sentido más profundo de la vida, sobre quiénes y qué somos.
Desde el paradigma cultural de los EEUU (al contrario que en Reino Unido, como reconoce el mismo Snow en el texto anterior) se habla de que el intelectual clásico es un ente obsoleto, incapaz de seguir el ritmo del progreso de los tiempos más recientes (los años 1990) a los que se refiere como arrogantes, reaccionarios y tércamente ignorantes de muchos logros intelectuales de nuestro tiempo. Reconoce que la cultura de estos intelectuales clásicos está tan alejada de la base empírica necesaria y usa una jerga propia y se mantiene cerrada al intercambio de ideas con el exterior de su colectivo, a semejanza de como se hacía en la tradición hermética.
En esta obra Brockman matiza y redefine las conclusiones de la obra anterior de Snow. Para Brockman es evidente que el problema denunciado por Snow consiste realmente en un fenómeno de invisibilización de la obra de los intelectuales científicos por parte de los intelectuales "de letras", que se apropian para sí mismos del término "intelectual". El ejemplo cunde por toda la sociedad, que no ve el trabajo que los científicos publicaron para el público general y solo el trabajo de los "intelectuales de verdad" (es decir, "los de letras") fue el que logró relevancia de manera general.
Brockman nos hace ver que al contrario que en el optimismo desplegado por Snow en su revisión de 1963 en el que predijo que una tercera cultura promovería la comunicación entre los científicos y los intelectuales de letras, esto no ha ocurrido finalmente, viéndose obligados los científicos a comunicarse directamente con el público general. Así el cisma entre "ciencias y letras" sigue pues plenamente vigente. De esta manera los científicos prescinden de la estructura de comunicación empleada por los intelectuales de letras en la que los profesores escribían de arriba hacia abajo y los periodistas lo hacían de abajo a arriba y se ahorran el intermediario, escribiendo directamente para el gran público.
En su ensayo, Brockman despacha las comunicaciones de los intelectuales de letras con que consisten únicamente en relatos sobre dramas sociales con tendencia a repetirse cíclicamente obedeciendo a las modas del momento. Por ello no tendrían realmente nada novedoso. Al contrario, la literatura científica sería la única que demuestra un progreso digno de mención. El ritmo continuamente acelerado del progreso sería producto de los avances científicos únicamente.
La tercera cultura admitiría la discusión y desacuerdos en los temas que realmente importan a la sociedad, a la manera de cómo el terreno intelectual de las ciencias intercambiaría ideas con los ámbitos de decisión de la sociedad (política), como vimos en el texto anterior de la tesis de Lázaro, objeto de las tres lecturas anteriores en esta asignatura.
En el paradigma de esta tercera cultura, los pensadores no sólo saben sino que sintetizan su conocimiento, lo comunican y saben dar promoción de sus trabajos. Los pensadores son los nuevos intelectuales públicos. No sólo esto sino que además Brockman sentencia que, gracias a que la tercera cultura se está dando primero y de manera más importante en EEUU, llevan el liderazgo de este concepto de tercera cultura sobre Europa y Asia.
Mientras que Snow era más tibio en este punto, se puede apreciar que Brockman tiende a barrer para casa en una visión probablemente sesgada, basada en la disponibilidad de científicos de la tercera cultura a su alcance. A pesar de ello, opino que coinciden en lo fundamental de la definición de la tercera cultura.
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