Introducción a la historia de la ciencia | "Trabajo 3"

Enunciado: A partir de los capítulos 2 y 3 del libro de Paolo Rossi El Nacimiento de la Ciencia Moderna en Europa titulados “Secretos” e “Ingenieros”, discute la relación que Rossi establece entre la tradición hermética, la práctica tecnológica y la emergencia de la ciencia moderna.

Después de haber leído el texto del curso tengo la impresión de que la Ciencia Moderna también surge dentro de una sucesión de ciclos de "ciencia normal" en los que los científicos resuelven problemas sin poner en cuestión el paradigma de la ciencia (el estado del arte), seguidos por crisis y por desarrollos revolucionarios de ciencia de frontera en los que se inventa un nuevo paradigma que se cuestiona por personas que piensan fuera del paradigma ("out of the box"). Surge entonces un nuevo consenso entre las distintas comunidades científicas y se reanuda el ciclo con un nuevo ciclo de "ciencia normal".

De alguna manera, esto se asemeja a un ciclo hegeliano de tesis, antítesis, síntesis.

En el caso de la emergencia de la Ciencia Moderna, Rossi interpreta que ante la prevalencia del paradigma de la tradición hermética vigente durante la Edad Media, surgió una reacción originada principalmente a partir de las artes mecánicas y naturales, a través de los artesanos (por lo demás pertenecientes al vulgo, entendido como personas "no doctas"), en oposición a la tradición basada en el conocimiento secreto cuya transmisión generalizada había que impedir, compartiéndolo exclusivamente entre los estudiosos, las personas doctas, que por aquel entonces estaban al nivel de los magos/sabios. Para garantizar el secreto de este conocimiento se procedía de dos maneras: 1) omitiendo partes fundamentales de éste, y 2) ofuscándolo mediante el uso de lenguaje simbólico.

Posteriormente a la Edad Media surgieron varios actores nuevos que no existían antes: mecánicos, libres experimentadores y filósofos naturales. Estos nuevos actores ya no tienen las motivaciones de los sabios de antaño, y no aspiran por tanto a "santidad", "producción de milagros para impresionar al vulgo", "inmortalidad literaria"... Estos nuevos actores se oponen fuertemente al saber secreto promovido por la tradición hermética, aunque el secretismo tuviera después una segunda venida como herramienta para proteger económicamente el oficio de los artesanos, por ejemplo. De esta manera el registro de patentes se vería incrementado de forma extraordinaria durante el s.XVI.

En este nuevo ecosistema de los artesanos que se hacen preguntas y comparten su conocimiento surgen academias y sociedades científicas en las que se promueven nuevas formas de comportamiento: cualquiera debe someterse a la crítica de sus postulados; la verdad no guarda relación con la autoridad de la persona que la enuncia sino únicamente con la evidencia de los experimentos y con la fuerza de sus demostraciones.

Por tanto, a partir de entonces, las teorías deberían ser comunicadas de manera íntegra, los experimentos deberán poder ser reproducidos indefinidamente, y ya no se haría distinción entre personas simples y doctas. En este sentido: «A veces usamos palabras nuevas. Pero no para ocultar las cosas, como hacen los alquimistas, sino para que las cosas ocultas resulten completamente comprensibles» (Gilbert, 1958: Praefatio).

A pesar de que el nacimiento de este nuevo ecosistema es evidente, la "revolución" no se da ni mucho menos de manera lineal, ni al mismo ritmo en todas las áreas de conocimiento ni en todos los lugares, por lo que en un momento determinado, las personas que promueven el nuevo paradigma aún pertenecen en cierta manera al estándar hermético en mayor o menor grado. De esta manera, científicos como Kepler, por poner un ejemplo, a pesar de desarrollar las teorías que rigen el movimiento de los cuerpos celestes a partir de unas leyes matemáticas, sigue pensando que hay una correspondencia secreta entre las estructuras de la geometría y el universo, al modo pitagórico. El mismo Newton dedicó mucho tiempo de su vida a investigaciones en alquimia.

A pesar de todo esto, el nacimiento de este nuevo paradigma de la Ciencia Moderna resulta ser imparable.

Este acercamiento entre doctos y artesanos se da en los dos sentidos, y así mientras los doctos buscan acercarse al terreno de la filosofía natural y de los artesanos como una aplicación practica de sus estudios, los artesanos buscarían a su vez respuestas en las publicaciones de los tratados técnicos que empezaron a proliferar gracias a las traducciones de las obras de Euclides, Arquímedes, Herón o Vitrubio entre otros, a la lengua vulgar.

En esta línea de acercamiento mutuo se llega a decir que las matemáticas son el terreno común a la obra del artista y a la del científico (Leon Battista Alberti). Leibniz llega a reconocer que "los técnicos desconocen los usos que pueden hacerse de sus experimentos, mientras que los científicos y los teóricos ignoran que muchas de sus desiderata podrían ser satisfechas por el trabajo de los mecánicos", en un círculo virtuoso y una simbiosis entre ciencia y tecnología que perdurará hasta nuestros días.

Francis Bacon resume muy bien este fenómeno y dice sobre sobre las artes mecánicas: 1) Son una forma de conocimiento en tanto que revelan los procesos de la naturaleza; 2) las artes mecánicas crecen sobre sí mismas, conformando un saber progresivo; y 3) a diferencia de otras formas de cultura, las artes mecánicas son colaborativas, son un saber colectivo; en ellas confluyen los ingenios de muchos, mientras que en las artes liberales los ingenios de muchos se someten al de uno solo impidiendo el progreso.